martes, 22 de noviembre de 2011

ES LA HORA DE LA GANADERIA EN LAS TUNAS


El nombre de Las Tunas proviene del cactus del mismo nombre que prolifera en esta ciudad y sus alrededores, y el origen del término, refiere la historia oral, se localiza en los corrales de San Gregorio, hacienda ganadera de excelente reses que crecían aquí en el principio del siglo dieciocho, propiedad de Jesús Gamboa.
Esta leyenda confirmada por otras fuentes, asegura la rica tradición ganadera de la provincia, la más llana del país, en la que se implantaron diversos programas de desarrollo agropecuario a partir de 1959, con los que se redujeron las áreas de cría extensiva de ganado.
Ahora en pleno siglo 21, cuando más se demanda de sus aportes, escasea el número de cabezas en producción, y es impostergable rescatar las tradiciones en este sector mediante la aplicación de programas que favorezcan una transición hacia una ganadería moderna, competitiva y sustentable, lo que redundará en el auge económico y social que demanda la provincia,.
El Consejo de Ministros de Cuba analizó el 30 de octubre pasado la situación de los rebaños bovinos, donde se identificaron las causas y condiciones del desorden y desprotección reinante en los vacunos.
El sistema de la agricultura en Las Tunas para apostar por un futuro más prospero a la provincia, favorecido por la ganadería, en primera instancia, debe eliminar las causas y condiciones que propician ese desorden que facilita el delito, la corrupción: ¡y por encima de todo garantizarle seguridad alimentaria a los ejemplares en los largos períodos de sequía!
Es impostergable, entonces, recuperar las áreas destinadas al pastoreo, infestadas hoy por el marabú y sembrar pastos, retomar la mecanización forrajera, los molinos de viento para el abasto de agua y la indispensable inseminación artificial, con el fin de lograr el mejoramiento genético del ganado.
La palabra de orden es invertir en la ganadería, favorecer el crecimiento de los rebaños sin las innecesarias prohibiciones, sin olvidar que la economía de un país, esencialmente, también pasa por este sector.
Ahora es la hora de la ganadería. Se salva o se pierde. Para lo primero solo hay que lograr un adecuado ordenamiento de la ganadería, aplicar estrategias que faciliten el correcto manejo de la masa, ¡que no es otra cosa que ocuparse de las reses!
De seguir como vamos, tendremos que seguir importando leche, carne y otros productos que lograrían producirse aquí. El auge económico que necesita Las Tunas puede descansar en este sector si los directivos cumplen con la sentencia “Limpiémonos la cabeza de tonterías de todo tipo”, expresada por el Presidente cubano, Raúl Castro Ruz, en la Asamblea Nacional del Poder Popular. .
Y como en los tiempos fundacionales, aportará cantidades incalculables de alimento, al punto de poderse convertir, como antes, en un rublo exportable y una inapreciable fuente de empleo. No es una utopía pensar que Las Tunas pueda recuperar su ganadería, convertirla en moderna, competitiva y sustentable. Para nada es utopía.